Hay cosas que no me gustan del todo o no me gustan nada en lo absoluto, y sin embargo las hago, generalmente por obligación, por la fuerza de los hechos. Por ejemplo, eso de dejar este blog tantos días sin actualizar (sin alimentar, suena más dramático). O también sentarme a escuchar ciertas canciones muy cursis o muy aburridas que aumentaban mi desazón cuando niño (y a ustedes también, estoy seguro). Por ejemplo, las que incluyo acá abajo para tratar de exorcizar los demonios del primer ejemplo:- Échenme a mí la culpa (Albert Hammond)
- Mira para arriba (Katunga)
- Te voy a enseñar a querer (Arelys)
De la primera me molesta el apendejeamiento que destila el cantante (la evidencia la tienen allí, en la foto de arriba), pero le reconozco el mérito de haber esculpido en nuestros adentros el insípido estribillo: Que allá en el otro mundo / en vez de infierno encuentres gloria / y que una nube de tu memoria me borre a mí. Petición fallida, pues no se borró de la nuestra.
De la segunda me acatarra los cojones el sonido chillón del teclado acústico con que el grupo se propone atormentarnos (con incuestionable éxito) y de la tercera me molesta todo.
Pero escúchenlas, por favor. Lo más probable es que a la mayoría de ustedes les gusten o al menos los hagan recordar, que es la secreta intención de este blog.
Échenme a mí la culpa:
Mira para arriba:
Te voy a enseñar a querer:






