En los años 80, el trabajo de la generación de merengueros marca Jhonny Ventura rindió sus frutos. El merengue era hasta entonces un producto despreciado por los delicados oídos de cierta clase media, hasta que un músico-empresario le apostó al ritmo y ganó. Después de realizar dos o tres presentaciones como segundón en la Fania, Wilfrido Vargas decidió que lo suyo era el merengue y armó la grande desde su país.
A este señor se debe la masificación de fenómenos tipo Las Chicas del Can, Bonny Cepeda, Rubby Pérez y demás. La gente escuchaba letras como:
Nunca olvidaré el día que
Sentado en el parque la besé:
los niños volando,
las palomas jugando…
y era la gloria; nunca antes el merengue había sido asociado tan acertadamente a lo que convencionalmente se llama poesía. Decíamos en esa época: “El merengue llegó a su más alta cumbre”. Pero finales de los 90 sucedió algo que destrozó todo concepto de cumbre, poesía, merengue y música. Ese algo hizo que los merengueros de los 80 se retiraran tranquilamente a sus casas; cuando Juan Luis Guerra y 4:40 se soltaron a vender discos los demás entendieron que ya no había nada que hacer sino sentarse a escuchar lo que traía el nuevo genio musical del siglo. Ninguna paloma o niño volando y ningún Te veré caéeeee podían competir con creaciones de alta factura como… cualquiera de las que echaron a volar Juan Luis Guerra y 4:40.
Aquí abajo les regalo Coronita de Flores, una de las menos conocidas pero también de las más sobrecogedoras:
Tengo una curita en las venas
Para que tu amor no me duela
Si ha de salir
Prendo una velita en la esquina de mi alma
Para no sufrirlo
Y tengo una casita en el pecho,
si acaso se te pierde un beso
mordido de abril
Y una coronita de flores
Para que te acuerdes de mí…
Nadie en la historia de la música caribeña (tómelo quien quiera como una metáfora, pero no lo es) le había dicho a una mujer cosa tan misteriosa, sutil y apabullante. Nadie sino Juan Luis Guerra es capaz de meter en una estrofa tantos diminutivos sin parecer gay. El hombre tuvo que explicarnos que esa cosa tierna y contundente se llamaba bachata. Y nosotros que creíamos que sólo el bolero era propicio para conquistar y enamorar.
Coloqué Frío, Frío, otro fino poema que pudiera funcionar como jingle para esas duchas que nos dejan controlar la temperatura, pero que al final resulta otra creación poética colosal. También Estrellitas y Duendes (más diminutivos prestos a resquebrajarle la voluntad a cualquier chica sensible), y por último, para demostrar que también funcionaban compositor y grupo para producir cantos a la alegría, dos merengones llamados De tu Boca y Guavaberry.
Coronita de Flores:
Frío, Frío:
Estrellitas y Duendes:
De tu Boca:
Guavaberry:
A este señor se debe la masificación de fenómenos tipo Las Chicas del Can, Bonny Cepeda, Rubby Pérez y demás. La gente escuchaba letras como:
Nunca olvidaré el día que
Sentado en el parque la besé:
los niños volando,
las palomas jugando…
y era la gloria; nunca antes el merengue había sido asociado tan acertadamente a lo que convencionalmente se llama poesía. Decíamos en esa época: “El merengue llegó a su más alta cumbre”. Pero finales de los 90 sucedió algo que destrozó todo concepto de cumbre, poesía, merengue y música. Ese algo hizo que los merengueros de los 80 se retiraran tranquilamente a sus casas; cuando Juan Luis Guerra y 4:40 se soltaron a vender discos los demás entendieron que ya no había nada que hacer sino sentarse a escuchar lo que traía el nuevo genio musical del siglo. Ninguna paloma o niño volando y ningún Te veré caéeeee podían competir con creaciones de alta factura como… cualquiera de las que echaron a volar Juan Luis Guerra y 4:40.
Aquí abajo les regalo Coronita de Flores, una de las menos conocidas pero también de las más sobrecogedoras:
Tengo una curita en las venas
Para que tu amor no me duela
Si ha de salir
Prendo una velita en la esquina de mi alma
Para no sufrirlo
Y tengo una casita en el pecho,
si acaso se te pierde un beso
mordido de abril
Y una coronita de flores
Para que te acuerdes de mí…
Nadie en la historia de la música caribeña (tómelo quien quiera como una metáfora, pero no lo es) le había dicho a una mujer cosa tan misteriosa, sutil y apabullante. Nadie sino Juan Luis Guerra es capaz de meter en una estrofa tantos diminutivos sin parecer gay. El hombre tuvo que explicarnos que esa cosa tierna y contundente se llamaba bachata. Y nosotros que creíamos que sólo el bolero era propicio para conquistar y enamorar.
Coloqué Frío, Frío, otro fino poema que pudiera funcionar como jingle para esas duchas que nos dejan controlar la temperatura, pero que al final resulta otra creación poética colosal. También Estrellitas y Duendes (más diminutivos prestos a resquebrajarle la voluntad a cualquier chica sensible), y por último, para demostrar que también funcionaban compositor y grupo para producir cantos a la alegría, dos merengones llamados De tu Boca y Guavaberry.
Coronita de Flores:
Frío, Frío:
Estrellitas y Duendes:
De tu Boca:
Guavaberry:
4 comentarios:
como puedo escuchar esta musica.real player ,winamp or windows media player
BUENO SOY UNA FANATICA DE LA MUSICA DEL GRANDE JUAN LUIS GUERRA SU MUSICA PUEDE ENCANDILAR HASTA LA PERSONA POCO ROMANTICA Y PORSUPUESTO QUE SU MUSICA ES UNA POESIA CADA LETRA ESCRITA POR EL TIENE LA ECSENCIA INSPIRADORA DEL AMOR ES UNO DE LOS MEJORES DE LA BACHATA ME ENCANTA HA Y BUENO UNO DE SUS MEJORES EN ESTE MOMENTO ES EL DUO CON MANA QUE BUENA CONVINACION DE POP CON BACHATA PERO BUENO SOY DE PERU Y SIGO ESPERANDO UN GRAN CONCIERTO EN MI PAIS
Como dominicano que soy, me siento profundamente satisfecho de las opiniones que tanto tú como tus lectores han externado sobre nuestro Juan Luis. Indudablemente que este gran compatriota nuestro es la quintaesencia de la música popular y supongo que también de otras de mayor y mejor calidad pues, aunque quizás muchos no lo sepan, Juan Luis tiene un doctorado en música de la universidad norteamericana de Berkeley.
soy argentino y la verdad que me encanta como canta juan luis guerra es un groso de verdad
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