Los Archies.
El único especimen sobre la tierra capaz de superar en imbecilidad a un adolescente gringo es el gringo viejo que gobierna en la Casa Blanca. Archie, el pelirrojo novio de Verónica (y a veces de Betty, según creo recordar), pertenecía o pertenece, por aquello del Síndrome Peter Pan, al primer grupo, y con toda seguridad sus babiecadas no le hacían daño a nadie. Tenía a su favor, además, el hecho de que no era un ser humano sino un muñequito, un personaje animado, una comiquita, y en esas condiciones no podía ni puede convertirse en presidente de EEUU. Sólo que ya el daño está hecho. Y no, no es culpa de esa ni de ninguna historieta.
El éxito del dibujito animado fue tan grande entre los adolescentes de todo el mundo, que a alguien se le ocurrió materializarlo, buscarle una versión, una réplica, una persona de esas de carne y hueso. Entonces aparecieron Los Archies, la canción Sugar, Sugar se convirtió en otro éxito más del fenómeno Archi y ahí sí nos jodimos todos.
La canción era más cursi que estúpida; según los salseros venezolanos encajaba a la perfección en esa categoría de la mala música gringa llamada guachi-guachi, y su letra (según lo que puede entenderse) es una invocación de la diábetes: nadie, aparte de Celia Cruz, debería estar autorizado para nombrar el azúcar en ninguna canción. Los Archies para variar le agregaron miel y vaya a saber usted cuántas calorías más, y la melodía termina destilando un néctar de bobería impresionante.
¿Qué tiene de buena entonces la canción? Básicamente, la particularidad de enloquecer a las muchachas de la época (fin de los 60 y principios de los 70), y el verbo enloquecer por lo general venía acompañado, en algunas amigas de mis hermanas, en dos o tres que se ponían minifaldas y le daban a uno unos abraaaaaaazos de lo más afectuosos. Y el afecto, ustedes lo saben, es capaz de permear a cualquier muchacho, incluso a aquel de cinco años que yo era.
¡Ah, qué mala canción y qué gratos recuerdos me trae!
El único especimen sobre la tierra capaz de superar en imbecilidad a un adolescente gringo es el gringo viejo que gobierna en la Casa Blanca. Archie, el pelirrojo novio de Verónica (y a veces de Betty, según creo recordar), pertenecía o pertenece, por aquello del Síndrome Peter Pan, al primer grupo, y con toda seguridad sus babiecadas no le hacían daño a nadie. Tenía a su favor, además, el hecho de que no era un ser humano sino un muñequito, un personaje animado, una comiquita, y en esas condiciones no podía ni puede convertirse en presidente de EEUU. Sólo que ya el daño está hecho. Y no, no es culpa de esa ni de ninguna historieta.
El éxito del dibujito animado fue tan grande entre los adolescentes de todo el mundo, que a alguien se le ocurrió materializarlo, buscarle una versión, una réplica, una persona de esas de carne y hueso. Entonces aparecieron Los Archies, la canción Sugar, Sugar se convirtió en otro éxito más del fenómeno Archi y ahí sí nos jodimos todos.
La canción era más cursi que estúpida; según los salseros venezolanos encajaba a la perfección en esa categoría de la mala música gringa llamada guachi-guachi, y su letra (según lo que puede entenderse) es una invocación de la diábetes: nadie, aparte de Celia Cruz, debería estar autorizado para nombrar el azúcar en ninguna canción. Los Archies para variar le agregaron miel y vaya a saber usted cuántas calorías más, y la melodía termina destilando un néctar de bobería impresionante.
¿Qué tiene de buena entonces la canción? Básicamente, la particularidad de enloquecer a las muchachas de la época (fin de los 60 y principios de los 70), y el verbo enloquecer por lo general venía acompañado, en algunas amigas de mis hermanas, en dos o tres que se ponían minifaldas y le daban a uno unos abraaaaaaazos de lo más afectuosos. Y el afecto, ustedes lo saben, es capaz de permear a cualquier muchacho, incluso a aquel de cinco años que yo era.
¡Ah, qué mala canción y qué gratos recuerdos me trae!
Fúmese un porro de marihuana con leche condensada y recuérdela:
Sugar, Sugar:
11 comentarios:
Coño perro, hoy cuando me acercaba a un gentío que en una de las esquinas del glorioso oeste caraqueño echaba cocos, me vino a la memoria el domingo de resurrección aquel (1994) en que nos encontramos varios panas para ver al viejo Palmieri que se presentaría en El Poliedro con su cantante estelar, Ismael Quintana, recuerdo que gozamos un mundo y también recuerdo que una de las canciones que mas disfrutamos fue Azúcar, ahora me pregunto ¿será que a Roberto le está fallando la memoria o se está haciendo el guevón cuando dice que “...nadie, aparte de Celia Cruz, debería estar autorizado para nombrar el azúcar en ninguna canción.”? Prefiero pensar que es parte de alguna vaina que tienes en mente porque no quisiera pensar que también se te olvidó cuando mi carajita mayor me decía “papi ponme azuquita”.
Pues sí, enorme pelón de bolas. Eso le pasa al que anda inventando teorías raras.
Gracias por recordarme esa, Gaby-Jesús.
Y pensar que en mi casa estan los discos originales... Los vinil de 33 rpm!
jejejejeje
Saludos pana,
tu paguina es el descueve no pesques lo smalos comentario eliminalos y sige agregando lo mejor gracias por la imspiracion que probocas con tu muy buena pagina
me parece una de las mejores cancion q hay noc porque algunos no le gusta depronto,sera porque no lo entiendes puede ser por eso
porque si c ponen a escucharla ta vez si la entenderian y viera los q tratan de decir
la canción es burda de vieja pero bien vale la pena escucharlos durante un buen rato
La cancióncita al margen de su edulcorada simplicidad, fué y es cada vez que se oiga, muy, pero muy pegajosa...y tu, amigo, parece que ya a los cinco años, eras un vagabundo perro irredento...Melysendra
Bueno, la rolita con todo y la carga de glucosa, irrmediablemente evoca muy buenos recuerdos, y ademas, diganme quien no se ha puesto hasta la madre de meloso alguna vez, y eso no lo logras con canderel, animal...dije
No es Beethoven precisamente pero a mí me trae recuerdos hermosos de mi primera adolescencia. La canción es pegadiza y facilon a, pero la recuerdo con muchísimo cariño.
ROSA
NO SE OLLE LA CANCION
es la mejor cancion de los 60's y de amor
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