Obviamente, la canción que le da nombre a mi extraño y querido libro de relatos (mi primogénito, para ser más precisos) es la de los Hermanos Lebrón. En realidad el título original del libro era Salsa, Cuento y Control, pero en la editorial (Monte Avila) alguien decidió que Salsa y Control estaba bien y así se quedó.
Ahora, ¿saben qué?, nunca me gustó esa pieza (de modo que tal vez está un poco fuera de lugar aquí). Dicho de otro modo: el libro no se le parece. Sin falsa humildad: el librito tiene espíritu, tono y ferocidad; tanta, que he renegado de ese estilo por barroco, estridente y rebuscado en el lenguaje. Pero es su carácter: al final aceptas a tu hermano drogadicto, alcohólico o delincuente. Es tu sangre; hay lazos profundos que nada puede romper. A su lado, la canción de los Lebrón parece una niña estúpida que ruega que la lleves a la discoteca. En serio, escuchen la cadencia: eso es una sifrina, una chica plástica. El libro es una mulata bravía y explosiva.
Les prometo (y me prometo) buscar y analizar bien en el cancionero de estas latitudes la pieza que mejor encaja, la que le da la talla al librito e interpreta mejor sus candelas interiores.
Mientras tanto, aquí va, a pesar de todo, el homenaje necesario a la canción de los Lebrón que le prestó su nombre a mi obra de muchacho inquieto.
Escuchen:
2 comentarios:
Los hermanos lebròn son los genios de la salsa, sus canciones, sus discos, sus arreglos son preciosos. LOs hermanos lebron son uno de los mejores grupos de salsa de la historia.
No se que tiene que ver el tal librito con la musica, pero eso si, los Lebron Brothers son una leyenda de la salsa, una dinastia musical, una orquesta original que nunca cedió ni cede a las modas pasajeras.
Son piano, bajo, conga y bongó y el resultado es salsabrava.
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